Los pueblos indígenas y las comunidades locales desempeñan un papel crucial en la conservación de la diversidad biológica. El proyecto ayuda a estas comunidades en 45 países a conservar sus hábitats tradicionales y proteger la biodiversidad. Entre otros métodos, esto se hace a través de un pequeño fondo para proyectos. También se crean conocimientos y recursos en las comunidades locales para gestionar y preservar las zonas protegidas. El objetivo general es crear una red de zonas protegidas gestionadas de forma equitativa. También hay que mejorar y salvaguardar los hábitats de las comunidades indígenas que viven en las zonas. Los conocimientos y usos tradicionales deben reconocerse y abordarse en los procesos de planificación estatal. También se asesora a los países socios sobre la aplicación de sus estrategias de áreas protegidas. En respuesta a la pandemia de COVID-19, el proyecto se amplió para mitigar los impactos directos de la pandemia de COVID-19 y contribuir a su prevención.
