Más del 40% de la deforestación se produce en América Latina, lo que provoca importantes emisiones de GEI y pérdida de biodiversidad. La conversión de bosques en tierras agrícolas es un problema importante, ya que alrededor del 25% del cambio de uso del suelo está vinculado a las exportaciones agrícolas. La UE, a través del comercio internacional, contribuye al 16% de la deforestación mundial. Los pueblos indígenas y las comunidades locales se ven afectados por los conflictos por la tierra y los efectos del cambio climático, pero también por la explotación laboral y las limitadas oportunidades de ingresos alternativos. El proyecto amplía conceptos y herramientas de éxito, como directrices sectoriales, sistemas de seguimiento y mecanismos financieros. Se explorarán soluciones digitales, como el uso de datos geoespaciales. También se crearán o reforzarán alianzas estratégicas, diálogos con las partes interesadas y asociaciones.